Etapa 30. Refugio de Pineta – Refugio de Góriz



Distancia: 13,3 km
Desnivel acumulado en subida: 1.830 m
Desnivel acumulado en bajada: 965 m


Ribera del Cinca. Valle de Pineta


Barranco de la Solana
El valle de Pineta es un modélico ejemplo de valle en forma de “U”, con paredes escarpadas y fondo plano, excavado por la acción del hielo. Hace unos 65.000 años, durante el último ciclo glaciar, se produjo la máxima expansión del hielo en esta zona del Pirineo.
El glaciar de Pineta bajaba desde el Monte Perdido, y a él se le unía el glaciar de La Larri, alcanzando un espesor de 400 m de hielo. Posteriormente, a la altura de Bielsa se juntaba con el glaciar de Barrosa, prolongándose hasta un total de 25 km.
En el comienzo de la etapa de hoy tenemos que vadear el pedregoso lecho del río Cinca. Frente al refugio de Pineta (1250 m), seguimos un reguero de grandes hitos de cantos rodados hacia el sur, atravesando el trenzado curso del río, camino de su orilla derecha. Este otoño el cauce está completamente seco, pero es de suponer que en primavera y parte del verano, por el río fluirán las aguas del deshielo.
Ascendiendo por el hayedo de la Solana
Fósiles de ostreidos
Salimos del lecho y entramos en el bosquecillo de ribera que envuelve un prado donde se ha instalado la niebla matutina.
Al llegar a un canal de desagüe (1260 m), giramos al oeste para subir la ladera en diagonal. Unos carteles nos anuncian que entramos en el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido.
Iniciamos la dura ascensión de la vertiente umbrosa del valle, adentrándonos en el tupido bosque de hayas, boj, arces, pinos, abedules, serbales,...
En la cota 1500 m cruzamos el canal de desagüe del barranco de la Solana, hoy con escaso caudal.
Sendero sobre el Valle de Pineta.
Culminando el collado de Añisclo
Continuamos nuestro ascenso hacia el Oeste y, poco a poco, la arboleda comienza a clarear.
Después de atravesar la cuenca de recepción del barranco Fayetas, alcanzamos el desvío de la Faja de Tormosa (1900 m) y la Cascada del Cinca. Nos hallamos en una pradera inclinada, con algunos pinos negros, enebros rastreros y rododendros, donde se ha construido una diminuta fuente a ras del suelo, y pegada al camino.
Al poco rato, dejamos la faja y proseguimos la senda hacia el sur, cuyo perfil se empina aún más con cortos y continuos zigzag. A partir de aquí nos abandona progresivamente la arboleda y las praderas, y caminamos sobre la roca desnuda y las graveras de caliza arenosa y areniscas de Marboré.
Valle de La Larri desde el collado de Añisclo
En la caliza afloran fósiles de conchas marinas de diferentes especies (ostreidos).
Tras penosas rampas coronamos el amplio Collado de Añisclo (2453 m), donde confluyen la arista oriental de la Punta de las Olas (3022 m) y la arista septentrional del Pico Inferior de Añisclo (2802 m).
Éste es un excelente mirador sobre los valles de Pineta (N) y Añisclo (S). Al norte, observamos el valle colgado de La Larri, por donde descendimos ayer, y las coladas de derrubios que tapizan la ladera norte del valle de Pineta, desprendidos por gelifracción de las calizas que coronan la sierra de Espierba.
Al sur vemos cómo la parte alta del valle de Añisclo tiene forma de U, característica del valle glaciar, y cómo después se va encajando aguas abajo formando un cañón fluvial. También se pueden contemplar en los escarpes del valle los exagerados pliegues de los estratos, como los cabalgamientos de la Punta de las Olas, cuyas onduladas formas dan nombre al paraje.
Valle de Añisclo desde su collado.
Faja de las Olas
Aquí, en el collado de Añisclo, tenemos dos opciones para continuar, ambas siguiendo un ramal del GR11. La más costosa es descender a la Palanca de la Fuen Blanca y después remontar al collado de Góriz. La otra es más directa, ya que recorre la elevada Faja de las Olas, pero también tiene cierto riesgo, en caso de mal tiempo o la existencia de neveros, pues hay algunos pasos bastante aéreos.
Si se opta por esta variante, desde el collado hay que encaminarse hacia el noroeste, rodeando la Punta del Valle (2501 m), hasta la Collata de las Olas (2456 m). Desde aquí, no sin esfuerzo, se remonta un tramo de la arista oriental de la Punta de las Olas. En la cota 2550, se gira al sur para entrar en la Faja de las Olas (2605 m).
Bajo el Pico Inferior de Añisclo
Cascada y marmitas en el río Bellos.
La vertiginosa faja es un estrato de dolomías, calizas y margas con un perfil inclinado y algunos pasos comprometidos, que unos pasamanos metálicos nos ayudarán a salvar.
A continuación, el GR11 rodea la arista meridional de la Punta de las Olas oscilando entre los 2600 y 2700 msnm. En el extremo sur, cuando el sendero vira hacia el oeste, hay un par de trochas a la derecha (2670 m) que trepan por la ladera hasta la cima de la Punta de las Olas (3022 m).
Bajo el camino está el impresionante surco del cañón de Añisclo, que el río Bellos ha excavado.
Cuando abandona la faja, el sendero desciende por los Mallos de Lacay, cruza el barranco de los Churros (2490 m), y poco después llega al ancho Collado de Góriz o de Arrablo (2343 m), entre la Punta Custodia (2504 m) al sur y el Morrón de Arrablo (2792 m) al norte. En este punto se enlaza con la variante de la Fuen Blanca.
Río Bellos en la Palanca de
la Fuen Blanca
Aunque nosotros íbamos dispuestos a tomar esta segunda opción, cuando llegamos al collado, unas nubes negras amenazando tormenta se habían instalado sobre la Faja de las Olas ocultándola, por lo que nos decidimos por la primera, más trabajosa, pero también más segura.
Así pues, bajamos del collado de Añisclo siguiendo el curso del río Bellos desde su origen. El sendero primero se dirige hacia el oeste para salvar un escalón rocoso, y después gira hacia el sur para acompañar al torrente, al principio seco, por su orilla izquierda. Transitamos por prados y graveras.
El río ha ido cortando los estratos de Areniscas de Marboré, cuya disposición en forma de gradas ha creado una sucesión de cascadas, marmitas de gigante y toboganes.
En la cota 1660 m, en una pradera con algunos mostajos aislados, torcemos a la derecha (O) y cruzamos la Palanca de la Fuenblanca, en un precioso tramo del río en el que paramos a descansar, antes de comenzar la ascensión al collado de Góriz.
Retomamos el camino, alejándonos del río para subir hacia el Norte. Atravesamos un caos de grandes bloques en el que se ha improvisado un vivac bajo una gran roca, muy cerca de un refugio de pastores en mal estado.
Cascada de la Fuen Blanca
Nos vamos aproximando a la gran cascada de la Fuen Blanca (1770 m), aunque no llegaremos a ella. Se trata de una surgencia kárstica por donde mana el agua que recorre el sistema kárstico subterráneo de la Punta de las Olas. Su entrada más elevada se encuentra cerca del pico, siendo por ello el sistema más alto de Europa.
Del conjunto de simas, se han explorado 5 km de su laberíntico recorrido y 451 m de profundidad, aunque el agua que surge en la Fuen Blanca está a 1100 m por debajo de la sima de entrada.
Después la senda se dirige hacia el Oeste por la ladera del Barranco Arrablo, traspone varios canchales y vadea el torrente, hoy seco, a 1900 msnm.
Tras superar una pared rocosa, en la que hay que ayudarse con las manos en algún momento, la pendiente comienza a suavizarse, sobre todo a partir de los 2200 m de altitud. Finalmente alcanzamos al Collado de Góriz o de Arrablo a 2343 msnm , donde se encuentra con la otra rama del GR11.
En el suave descenso por graveras, roca caliza y pequeños prados que nos llevará al popular refugio de Góriz (2195 m), hemos tomado un "atajo" saliéndonos del GR, para evitar perder altura.
Plegamientos en el valle de Añisclo
Circo de Góriz
Ahora estamos en el circo de Góriz, cabecera del valle de Ordesa, a los pies del macizo de las Tres Sorores: el Cilindro de Marboré (3325 m), el Monte Perdido (3348 m) y el pico de Añisclo (3257 m).
Este macizo calcáreo tiene gran valor geológico, ya que aquí se explican muchos de los fenómenos que originaron la cordillera pirenaica. Se halla en el corazón del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido en España y el Parc National des Pyrénées 
en Francia. En él se encuentran más de una veintena de tresmiles, con glaciares aún activos como el del Perdido, circos impresionantes como el de Pineta o Gavarnie y profundos valles como el de Ordesa, Añisclo y Pineta en su vertiente sur.

A finales de septiembre de 2016, el refugio de Góriz continúa con sus eternas obras de reforma y ampliación, generando las consecuentes molestias a sus sufridos usuarios, esperemos que finalicen algún día.
Valle de Ordesa

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