Distancia: 27,2 km
Desnivel acumulado en subida: 770 m
Desnivel acumulado en bajada: 1390 m
Hayedo de Enekorri |
Odiako Erreka |
Cuando nos levantamos por la
mañana, un fuerte aguacero está cayendo sobre Sorogain. Se confirma
así la predicción meteorológica que anunciaba abundante lluvia
para toda la jornada.
Hoy vamos a recorrer la etapa del
GR11 que, probablemente, contiene la mayor cantidad de construcciones
megalíticas, así que a lo largo del camino íbamos a tener la
oportunidad de observar numerosos cromlechs, túmulos de piedras,
dólmenes y menhires. Aunque el mal tiempo nos impedirá
entretenernos en su localización. Además en su mayoría no se
aprecian fácilmente, dado que se encuentran semienterrados y no han
sido recuperados.
En cuanto a la geología, es de
remarcar que recorreremos un territorio constituido principalmente
por dolomías, calizas, areniscas, esquistos y cuarcitas de la Era
Paleozoica, y más concretamente del período Devónico (416-359
mill. a.), unas de las rocas más antiguas de los Pirineos.
Enseguida nos percatamos de las
dificultades que vamos tener durante la etapa. Como consecuencia de
las copiosas precipitaciones que han caído y que, para nuestra
desgracia, seguirán cayendo a lo largo de toda la ruta, la montaña
no es capaz de absorber más agua y la escorrentía se hace visible
por todas partes.
Odiako Erreka |
En este punto el sendero gira a
la izquierda (O) y circula por la orilla derecha del Odiako Erreka
(erreka: arroyo en euskera), siguiendo su curso aguas arriba.
Aproximadamente en la cota 900 m tendremos que vadear el Odiako y
poco más arriba lo volveremos a cruzar, esta vez por un puente de
madera.
Nos vamos adentrando en el
Enclave Natural del Hayedo de Odia, mientras remontamos
progresivamente la vertiente hasta el collado de Aratun (1212 m). El
hayedo está protegido por su estado natural de conservación, debido
al escaso impacto de las prácticas silvícolas. Por el camino
atravesamos una zona poblada de boj conocida como Ezpelondo (ezpela:
boj en euskera), donde se oculta entre hayas un pequeño cromlech.
En el collado también existe
otro cromlech escondido bajo la hojarasca y atravesado por la
alambrada.
Hayedo de Enekorri |
Ahora el camino nos obliga a
salvar el cercado y, manteniendo la cota, transitamos por un claro
prácticamente desarbolado.
Llegados al collado de Adipe
(1185 m), junto a la cerca con alambres que tenemos que rebasar,
existe otro cromlech de escaso porte.
Desde aquí nos introducimos de
nuevo en un bosque mixto de hayas y pinos para bajar suavemente por
el cordal de los montes de Gorostibizkar (1194 m) y Esnezelaita (1115
m). En el collado de este último, cuando el sendero se incorpora a
un camino más ancho, se esconde entre los pinos de repoblación, un
cráter de unos 12 m de diámetro y menos de un metro de profundidad,
que se corresponde con los restos de un dolmen.
Seguimos y en pocos minutos
alcanzamos el collado de Larrain (1015 m) y después el de Urkiaga
(918 m). Poco antes de llegar a éste, pasaremos junto a un viejo
búnker de la línea defensiva P y los restos de unas trincheras.
Zagua |
Además existe un refugio
prefabricado que nos permitió resguardarnos de la lluvia mientras
almorzábamos.
Buztanburro |
Dejamos atrás el collado y
avanzamos hacia el Oeste por un camino ancho en ligero ascenso. Cerca
del camino vemos un par de búnkeres y poco después una caseta de
pastores. Remontamos por el hayedo de Enekorri hasta que llegamos a una borda
donde salimos por una vaguada al collado de Zagua (1164 m).
Estamos en una zona abierta en la
que destaca una hilera de palomeras. Estas rústicas construcciones
son utilizadas tradicionalmente para cazar las palomas que atraviesan
los montes durante las migraciones de otoño e invierno.
Continuamos hacia el Norte sin
perder la cota, por la divisoria de aguas pirenaica. El camino
circula paralelamente a la alambrada y la fila de tronas de palomas.
Además está sembrado de cromlechs, túmulos de piedra, dólmenes y
algún menhir tumbado.
Mientras atravesamos los collados
de Buztanborro (1160 m), Loilurtze (1158 m) y Argintzu (1138 m)
tenemos ya el valle de Baztan al Oeste, manteniendo el de Aldudes al
Este.
Desde Argintzu comenzamos a
descender, al tiempo que recuperamos el hayedo. Cuando la senda se
incorpora a una pista de tierra llegamos a la Borda de Kinto (960 m),
con una fuente, y poco más adelante vemos una balsa y una gran
dolina.
Superamos el repecho del collado
de Azaldegi (974 m) y de nuevo surgen en los prados abiertos los
restos de unos dólmenes en el camino.
Arluxe |
En el descenso tenemos otro
dolmen y otro monolito. El sendero muere en la pista de Urbillo,
junto a un refugio de cazadores (892 m) que tiene una fuente adosada,
y en cuya leñera nos guarecemos de la persistente lluvia.
Proseguimos descendiendo por el
sendero señalizado, dejando a la derecha la pista que conduce a la
Borda de Tranpa. Nos introducimos en otro hayedo surcado por
torrentes que en su descenso se unen al camino.
Salimos de nuevo a la pista y a
partir del collado de Bailegi (597 m) se van sucediendo las bordas y
los cercados de ganado.
Borda cerca de Elizondo |
Rodeados
ya de la fresca
campiña,
pasamos
junto a la Bentako Borda (500 m), y
más abajo sobrepasamos
la ermita de Santa Engracia (348 m). Desde
aquí llegamos a Elizondo (200 m), en el corazón del valle de
Baztán. Nos alojamos en el Hostal Trinquete Antxinotea, frente
al río de Baztán.
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