Etapa 47. Irún - Cabo Higer



Distancia: 7,5 km
Desnivel acumulado en subida: 75 m
Desnivel acumulado en bajada: 50 m


Faro del Cabo Higer

Canal de Amuteko
La etapa epílogo de la travesía del Pirineo Sur es casi totalmente urbana. Partimos de Irún recorriendo sus calles hacia Hondarribia con la que forma una conurbación, ya que prácticamente no existe discontinuidad urbana.
Al poco de entrar en el término municipal de Hondarribia, cruzamos el canal de Amuteko, junto al cual se encuentra el aeropuerto de Donostia/San Sebastián.
A la zona fortificada de la villa entramos por la Puerta de Santa María. Después de atravesar las nobles y cuidadas calles del centro histórico, nos dirigimos a la zona portuaria para recorrerla.
Al salir del puerto seguimos por el paseo marítimo hacia el Norte, junto a la arena blanca de su playa y enfrente de la costa francesa de Hendaya.
Puerta de Santa María
Cuando llegamos al pequeño Puerto Berria (berria: nuevo en euskera), tomamos un camino asfaltado que asciende al faro pasando por el Castillo de San Telmo. Esta es una construcción barroca del s.XVIII , edificada para defender el puerto de los ataques piratas.
Al rodearlo dejamos el asfalto y nos adentramos por un estrecho camino que bordea la Punta Uxando primero y poco después la Punta Erdiko. El sendero nos situá a los pies del faro del Cabo Híger, edificio de estilo neoclásico construido en 1878.
Nos acercamos a la orilla rocosa del cabo, frente a la isla de Amuitz, donde los depósitos de areniscas se hunden en el mar Cantábríco.

Aquí finaliza nuestra travesía pirenaica, junto a un mar en calma con marea baja y el cielo encapotado y gris. Con alegría desbordada por el objetivo alcanzado nos abrazamos y lo celebramos. 
Entre Octubre de 2013 y Junio de 2018, a lo largo de 47 etapas distribuidas en recorridos de entre 5 y 9 días, hemos disfrutado de este emocionante sendero de Gran Recorrido.
Nos hemos enriquecido con las experiencias compartidas día a día. Nuestro conocimiento del medio, tanto físico como humano, ha crecido y el interés por los Pirineos ha aumentado más si cabe. La belleza y espectacularidad de muchos de los rincones de estás montañas nos han conmovido.
Playa de Hondarribia
Se acerca el final de la travesía
Por supuesto, no siempre ha sido divertido. Las condiciones meteorológicas adversas, curiosamente durante el primer tramo de la travesía y en este último, así como la dureza de algunas etapas de alta montaña, en especial en el Pirineo Central, nos han recordado nuestra condición humana y cuales son nuestras limitaciones.
Pero en cualquier caso, la experiencia ha sido fascinante y ha valido la pena el esfuerzo.
Los Pirineos nunca nos defraudan y, mientras los respetemos y conservemos, ahí estarán siempre para que podamos seguir disfrutándolos.

Cabo Higer y la isla de Amuitz



Etapa 46. Lesaka - Irún



Distancia: 22,8 km
Desnivel acumulado en subida: 735 m
Desnivel acumulado en bajada: 815 m


Hayedo de Illasmendi


Hacia Bordatxo
Salimos del albergue de Lesaka, dirigiéndonos a la población (E) y , poco antes de llegar, nos desviamos por la izquierda (N). Tomamos un camino asfaltado que se eleva por la ladera junto al polígono industrial.
Dejamos a la derecha la borda Txaniken y luego otras dos pegadas al camino. Tras éstas, junto a una leñera parte otra pista cementada a la izquierda que tomamos.
Transitamos entre los setos que protegen los cercados, por un paisaje rural completamente humanizado. A lo largo del camino, formado sobre todo por pistas de tierra, cemento o asfalto, se van encadenando las bordas y corrales. De cuando en cuando atravesamos un bosquecillo degradado de hayas con fresnos, castaños y robles.
Haya trasmocha
En un cruce de caminos, donde se encuentran las casas de Bordatxo (240 m), salvamos un cercado y ascendemos por el sendero al collado de Amargun (337 m) donde hay una casa y un cromlech.
Aquí se une la variante del GR11.3, con la rama principal, procedente de Bera.
Continuamos por la senda franqueando un helechal y después vamos tomando altura ladeando la vertiente norte del monte Illasmendi (512 m), bajo cables de alta tensión.
Atravesamos otro de los hayedos típicos navarros. Como hemos visto a lo largo de varias etapas, el bosque está aprovechado mediante la técnica tradicional del trasmochado. El trasmoche consiste en podar radicalmente los árboles de cierta edad a la altura de la cruz (unos 2 metros). Con ello se consigue que el ganado no acabe con los brotes verdes y además que las nuevas ramas crezcan rectas, entre otros beneficios, tanto económicos como ecológicos.
Cuando hemos rodeado el monte, giramos hacia el Sur pasando por el caserío de Gardelsoro (400 m), y poco después volvemos a virar al Oeste y traspasamos un par de bordas para llegar al collado de San Martín (415 m), entre el Kopako Harria (597 m) al norte y el monte Agina (614 m) al sur.
Embalse de San Antón
En el collado tenemos a nuestros pies el embalse de San Antón, a donde nos dirigimos, y en frente las Peñas de Aia (832 m), un macizo granítico que es Parque Natural por su riqueza geológica y también botánica con hayedos y robledales.
Abandonamos la pista cementada y nos deslizamos por un sendero que circula por la izquierda en paralelo a la regata de Tellegi. La foresta invade el barranco y la erosión deshace el sendero con múltiples pasos, por lo que tenemos que estar atentos a las marcas rojiblancas.
Al final el camino se normaliza y sale a un prado junto a un restaurante. Llegamos a la carretera que rodea el embalse, justo al lado de la ermita de San Antón (250 m), que dispone de porche, bancos y una fuente dentro del recinto vallado.
Ermita de San Antón
Este pantano recoge el caudal de la cuenca media y alta del río Endara, que es tributario del río Bidasoa. Las aguas aquí embalsadas se dedican al abastecimiento de Irún y Hondarribia.
Recorremos la carretera del embalse hasta sobrepasar la presa y al finalizarla nos desviamos a la derecha (N) por una pista, primero asfaltada y después de tierra, que sigue la dirección del río Endara.
Descendemos un trecho y en la cota 160 m, cerca ya del cauce, la pista vira a la izquierda (N) y comienza a remontar la ladera, ganando altura rápidamente en varias lazadas.
Nos vamos adentrando en el Parque Natural de Aia cuando alcanzamos la carretera Gi-3454 en la cota 440 m. Circulamos por el monte, en paralelo a ella, y pasamos junto a unos merenderos y fuente antes de llegar al Col de Ursain, donde encontramos un Punto de Información del parque.
Kopako Harria
Barrio Saroia
Próxima al camino se encuentra la Muga de Soroeta, conocida también como la Piedra de los desertores. Es un monolito de arenisca con la inscripción: "Desde aquí la deserción tiene pena de vida" . Parece que se trataba de evitar deserciones en el ejército durante el s. XVIII, ya que cerca están las ruinas del Fuerte de Erlaitz.
Proseguimos hacia el Norte, por un sendero que atraviesa la campiña. A la salida de un helechal, llegamos a una pista hormigonada y la tomamos por la derecha (E), llevándonos al caserío de Amasain (340 m).
A continuación atravesamos un bosque en el que predomina el roble rojo americano, muy abundante desde el embalse de San Antón. Pasamos junto al barrio de Saroia (185 m) y de aquí por pista hormigonada a la ermita de San Martzial.
Ermita San Martzial
La ermita, que tiene una zona recreativa y un bar anexo, está situada sobre un promontorio desde el que se divisa la desembocadura del río Bidasoa en el Cantábrico. Alrededor del estuario vemos Hendaya, Irún y Hondarribia.
Tras esta villa, al fondo, ya divisamos el cabo Higer, punto final de la travesía pirenaica. Más al Este se recorta en el horizonte la sierra de Jaizkibel.
Dejamos el santuario y al descender hacia Irún cruzamos un par de veces la carretera GI-3453 y llegamos a la Avenida Ibarrola. Atravesamos el paso inferior de la autopista AP-8 y, justo después, dejamos la avenida por un camino asfaltado que aparece a la izquierda y se encamina, entre la arbolada, al Barrio Meaka.
Desde ahora callejeamos hacia el centro de la ciudad, hasta nuestro alojamiento.
Estuario del río Bidasoa


Etapa 45. Elizondo - Lesaka



Distancia: 32,4 km
Desnivel acumulado en subida: 1050 m
Desnivel acumulado en bajada: 1150 m

Regata de Arla

Heyedo monte Unboto
Otra mañana pluviosa, pertrechados con todo el equipamiento para la lluvia, partimos de Elizondo (200 m) bordeando unos metros el río Baztán, aguas abajo. Al llegar a la calle Mendinueta, giramos a la derecha (O) y continuamos por ella. Cuando salimos de la población dejamos a la izquierda un centro hospitalario y, después de cruzar la carretera N-121-B, nos adentramos en el monte.
Actualmente las marcas del GR11, siguen un trazado diferente, más al norte, para salvar la carretera N-121-B por un paso subterráneo. Aunque nosotros hemos seguido el antiguo camino.
Iniciamos el prolongado ascenso de cerca de 7 km al monte Larrondo (854 m), cota culminante de la etapa.
Regata de Arla
Caminamos hacia el Norte entre los setos que enmarcan los prados cercados. De vez en cuando pasamos junto a una borda, atravesamos un bosquecillo o cruzamos una pista asfaltada, que aquí serpentea para salvar el fuerte desnivel inicial.
Observamos que la ruta está plagada de caminos de todo tipo (senderos, pistas de tierra, cementadas, asfaltadas, ...) con incontables bifurcaciones, así que tenemos que estar atentos a la señalización, que por cierto es bastante buena, y en su ausencia al mapa o al gps.
Como la lluvia sigue arreciando, y el sendero tiene tramos intransitables, decidimos caminar por las pistas mientras sea posible. De hecho el GR circula en paralelo a ellas en muchas ocasiones.
Escorrentía en el Arla
En una zona despejada llegamos a la borda Apezeneko (590 m) y poco después, en una bifurcación de caminos, encontramos una zona recreativa con fuente y cerca de ella el Monolito de Bagordi.
Proseguimos ascendiendo por la ladera oriental del monte Unboto (804 m), traspasando un bosque de hayas, en busca de la cabecera de la regata de Arla, cuyas aguas corren por nuestra derecha.
A la salida del bosque, encontramos el caserío de Maistruzarra (660 m) y un nuevo repecho nos sitúa en el collado de Larrondo (798 m).
Nos hallamos en el cordal de los montes Urruspil (820 m), Larrondo (853 m) y Atxuela (820 m), en cuyos alrededores hay algunos restos megalíticos y también palomeras. Flanqueamos estos dos últimos montes por su ladera occidental, manteniendo la cota un trecho, por una zona desarbolada y cubierta de pastos.
A continuación comenzamos a descender, ahora hacia el Oeste, por la despejada carena. En este tramo vuelven a aparecer construcciones defensivas de la Línea P, que durante los años 1940-50 sembraron de búnkeres el Pirineo español.
Cerca del collado Eskisaroi
Junto a los cercados, que recogen al ganado, comenzamos a ver longevos ejemplares de robles y castaños.
Robles
Alcanzamos el collado de Eskisaroi (518 m) franqueado por la carretera Na-4453. Muy cerca de él se encuentra el caserío del mismo nombre.
Cruzamos la carretera y seguimos ganando altura, poco a poco, para dirigirnos primero al collado de Altsu (543 m) y luego al de Gaineko (607 m). Nos mantenemos por la divisoria de aguas, al principio hacia el Norte y después al Oeste. Mientras tanto se suceden las suaves laderas y los collados despejados. Atravesamos la cima del Oianberri (581 m) donde hay un túmulo de piedras megalítico.
Cuando pasamos junto a la Lopeneko Borda (578 m) el camino, en su descenso, vuelve a girar al Norte, rodeando el monte Zentiñel (673 m) en dirección a la frontera con Francia.
Más adelante pasamos por otra confluencia de caminos y poco después llegamos al caserío de Maritonea (396 m).
Castaño
Desde las casas, cruzamos el arroyo Sansinea entre la espesa arboleda alfombrada de crecidos helechos. Nos acercamos al collado fronterizo, pero antes de alcanzar la muga 50, nos desviamos al Oeste, flanqueando la ladera para conservar la altitud. Nos rodean hayas, robles y castaños.
Al poco llegamos a la antigua fonda de Usategieta (435 m). Este caserío toma su nombre de las palomeras (usategiak en euskera) que se encuentran en sus alrededores. 
En estos montes de Etxalar aún se conserva la tradicional caza de palomas con red, muy popular en el pirineo navarro y que está documentada desde el s. XIV. Las bandadas de palomas torcaces y tórtolas, pasan por aquí durante la migración otoñal, en su camino hacia tierras norteñas.
Grupos de palomeros, desde el suelo y las trepas (altas torretas situadas estratégicamente), mediante gritos, lanzamiento de paletas de madera y el venteo de trapos, dirigen a las confundidas aves hacia donde se encuentran ocultas la redes, en las que caen atrapadas.
Cerca de Gartzineko Borda
Después de Usategieta llegamos al collado de Xorilepo (476 m), punto fronterizo con Francia, en el que confluyen varios senderos y donde el GR11 se bifurca. La rama principal se dirige a Bera de Bidasoa por el Col de Lizarieta, y su variante GR11.3 va Lesaka más al Sur.
Nosotros tomaremos esta variante, así que viramos hacia el Sur, siguiendo el sendero que desciende y enseguida cruzamos la carretera Na-4400, que enlaza Etxalar con la localidad francesa de Sare.
Otra vez recorremos un cordal rodeando algunas pequeñas cumbres entre praderías y bosques de repoblación, para la explotación forestal.
En una explanada, arrasada por una de estas explotaciones, buscamos un poste con las marcas del GR, y nos introducimos en una senda.
La espesa vegetación, especialmente de helechos, ha invadido el camino casi en su totalidad, dificultando el paso.
Trás cruzar el arroyo Sansinea
Nos aproximamos al río Bidasoa y a la carretera N-121A que acompaña su curso hacia el Cantábrico.
Dejamos a un lado el caserío de Ozkaritz (120 m) y después de pasar por encima de un túnel de la N-121A, llegamos a la carretera de Lesaka. Transitamos unos metros por su arcén hacia el Norte y enseguida cruzamos el puente sobre el río Bidasoa que nos acerca a Lesaka.
Justo después se encuentra una gasolinera y el Hotel Bereau, en cuyo aparcamiento el GR11 sigue el camino del río Onin, afluente del Bidasoa.
Nosotros optamos por no tomar el sendero fluvial, bastante maltrecho por las lluvias, y continuamos por el arcén de la carretera. Pasamos junto a la Ermita del Salvador, con una fuente. Marchamos acompañados de las típicas cruces de piedra de los calvarios, y pronto alcanzamos las calles de Lesaka. Atravesaremos la villa industrial para llegar a nuestro alojamiento, el Albergue CasaTxakainlo de Lesaka.
Aunque está un poco alejado del pueblo y no disponía de servicio de comidas, la amabilidad y buena disposición de su propietario, así como la comodidad de las instalaciones, compensan el pequeño esfuerzo adicional.

Etapa 44. Albergue de Sorogain – Elizondo.




Distancia: 27,2 km
Desnivel acumulado en subida: 770 m
Desnivel acumulado en bajada: 1390 m


Hayedo de Enekorri


Odiako Erreka
Cuando nos levantamos por la mañana, un fuerte aguacero está cayendo sobre Sorogain. Se confirma así la predicción meteorológica que anunciaba abundante lluvia para toda la jornada.
Hoy vamos a recorrer la etapa del GR11 que, probablemente, contiene la mayor cantidad de construcciones megalíticas, así que a lo largo del camino íbamos a tener la oportunidad de observar numerosos cromlechs, túmulos de piedras, dólmenes y menhires. Aunque el mal tiempo nos impedirá entretenernos en su localización. Además en su mayoría no se aprecian fácilmente, dado que se encuentran semienterrados y no han sido recuperados.
En cuanto a la geología, es de remarcar que recorreremos un territorio constituido principalmente por dolomías, calizas, areniscas, esquistos y cuarcitas de la Era Paleozoica, y más concretamente del período Devónico (416-359 mill. a.), unas de las rocas más antiguas de los Pirineos.
Resignados con nuestra suerte esquiva dejamos el acogedor Albergue de Sorogain (818 m), y nos disponemos a seguir las marcas rojiblancas del GR11 hacia el Norte.
Enseguida nos percatamos de las dificultades que vamos tener durante la etapa. Como consecuencia de las copiosas precipitaciones que han caído y que, para nuestra desgracia, seguirán cayendo a lo largo de toda la ruta, la montaña no es capaz de absorber más agua y la escorrentía se hace visible por todas partes.
Odiako Erreka
A ratos, caminar se convierte en un trabajo penoso debido a que los arroyos bajan muy crecido y tenemos que vadearlos, las sendas se convierten en torrenteras, a veces impracticables, y las vaguadas en lodazales de los que cuesta salir.
Para vadear el arroyo de Sorogain por un lugar más accesible, continuamos por la pista unos metros hasta encontrarnos con la confluencia de los arroyos que lo forman, desde donde nos encaminamos a un poste indicador del GR11.
En este punto el sendero gira a la izquierda (O) y circula por la orilla derecha del Odiako Erreka (erreka: arroyo en euskera), siguiendo su curso aguas arriba. Aproximadamente en la cota 900 m tendremos que vadear el Odiako y poco más arriba lo volveremos a cruzar, esta vez por un puente de madera.
Nos vamos adentrando en el Enclave Natural del Hayedo de Odia, mientras remontamos progresivamente la vertiente hasta el collado de Aratun (1212 m). El hayedo está protegido por su estado natural de conservación, debido al escaso impacto de las prácticas silvícolas. Por el camino atravesamos una zona poblada de boj conocida como Ezpelondo (ezpela: boj en euskera), donde se oculta entre hayas un pequeño cromlech.
En el collado también existe otro cromlech escondido bajo la hojarasca y atravesado por la alambrada.
Hayedo de Enekorri
A partir del collado de Aratun y hasta la Peña de Alba, unos kilómetros más adelante, vamos a recorrer una parte del cordal que divide las vertientes norte y sur de este sector de los Pirineos.
Ahora el camino nos obliga a salvar el cercado y, manteniendo la cota, transitamos por un claro prácticamente desarbolado.
Estamos rodeados de pastos con algunos corrales, en la cara norte del pico Adi (1457 m). En esta zona abierta de Adikosoro, junto a pequeñas surgencias, se hallan agrupados una docena de cromlechs, un par de túmulos de piedra de dimensiones modestas y algunos fondos de cabañas, además de un posible menhir tumbado de cuarcita.
Llegados al collado de Adipe (1185 m), junto a la cerca con alambres que tenemos que rebasar, existe otro cromlech de escaso porte.
Desde aquí nos introducimos de nuevo en un bosque mixto de hayas y pinos para bajar suavemente por el cordal de los montes de Gorostibizkar (1194 m) y Esnezelaita (1115 m). En el collado de este último, cuando el sendero se incorpora a un camino más ancho, se esconde entre los pinos de repoblación, un cráter de unos 12 m de diámetro y menos de un metro de profundidad, que se corresponde con los restos de un dolmen.
Seguimos y en pocos minutos alcanzamos el collado de Larrain (1015 m) y después el de Urkiaga (918 m). Poco antes de llegar a éste, pasaremos junto a un viejo búnker de la línea defensiva P y los restos de unas trincheras.
Zagua
Como ya hemos visto en otras etapas de la travesía transpirenaica, los Pirineos están plagados de estas construcciones bélicas, construidas por el régimen franquista en los años 1940-50.
Además existe un refugio prefabricado que nos permitió resguardarnos de la lluvia mientras almorzábamos.
Buztanburro
Urkiaga está atravesado por la carretera Na-138 que conecta con Quinto Real y Francia. El Quinto Real es un territorio que se encuentra en la cabecera del valle francés de Aldudes, aunque pertenece a España.
Dejamos atrás el collado y avanzamos hacia el Oeste por un camino ancho en ligero ascenso. Cerca del camino vemos un par de búnkeres y poco después una caseta de pastores. Remontamos por el hayedo de Enekorri hasta que llegamos a una borda donde salimos por una vaguada al collado de Zagua (1164 m).
Estamos en una zona abierta en la que destaca una hilera de palomeras. Estas rústicas construcciones son utilizadas tradicionalmente para cazar las palomas que atraviesan los montes durante las migraciones de otoño e invierno.
Continuamos hacia el Norte sin perder la cota, por la divisoria de aguas pirenaica. El camino circula paralelamente a la alambrada y la fila de tronas de palomas. Además está sembrado de cromlechs, túmulos de piedra, dólmenes y algún menhir tumbado.
Mientras atravesamos los collados de Buztanborro (1160 m), Loilurtze (1158 m) y Argintzu (1138 m) tenemos ya el valle de Baztan al Oeste, manteniendo el de Aldudes al Este.
Desde Argintzu comenzamos a descender, al tiempo que recuperamos el hayedo. Cuando la senda se incorpora a una pista de tierra llegamos a la Borda de Kinto (960 m), con una fuente, y poco más adelante vemos una balsa y una gran dolina.
Superamos el repecho del collado de Azaldegi (974 m) y de nuevo surgen en los prados abiertos los restos de unos dólmenes en el camino.
Arluxe
En el monte Arluxe (945 m) nos encontramos con la muga 130. Ahora, muga tras muga, seguimos durante un trecho la línea imaginaria fronteriza con Francia. Poco después de la muga 127, en el collado de Argibel (945 m), hay un cruce de senderos cerca de un menhir tumbado. En este lugar giramos a la izquierda (O) abandonando la frontera y el cordal, para descender al valle de Baztán por la ladera norte de la Peña de Alba (1070 m).
En el descenso tenemos otro dolmen y otro monolito. El sendero muere en la pista de Urbillo, junto a un refugio de cazadores (892 m) que tiene una fuente adosada, y en cuya leñera nos guarecemos de la persistente lluvia.
Proseguimos descendiendo por el sendero señalizado, dejando a la derecha la pista que conduce a la Borda de Tranpa. Nos introducimos en otro hayedo surcado por torrentes que en su descenso se unen al camino.
Salimos de nuevo a la pista y a partir del collado de Bailegi (597 m) se van sucediendo las bordas y los cercados de ganado.
Borda cerca de Elizondo
Cansados del trabajoso sendero optamos por abandonarlo en una bifurcación. Dejamos las marcas rojiblancas del GR11, para continuar por la cómoda pista que nos llevará a Elizondo. Ambos caminos circulan por la ladera oriental de Mendiola y, de cuando en cuando, el sendero cruza la pista evitando las lazadas que ésta hace.
Rodeados ya de la fresca campiña, pasamos junto a la Bentako Borda (500 m), y más abajo sobrepasamos la ermita de Santa Engracia (348 m). Desde aquí llegamos a Elizondo (200 m), en el corazón del valle de Baztán. Nos alojamos en el Hostal Trinquete Antxinotea, frente al río de Baztán.



Etapa 43. Roncesvalles – Albergue de Sorogain



Distancia: 10,4 km
Desnivel acumulado en subida: 360 m
Desnivel acumulado en bajada: 490 m

Enlace al track de la etapa


Hayedo

Abetal
Una tarde del mes de junio, amenazando tormenta, partimos de Roncesvalles (945 m) por la carretera de Francia (N-135) hacia el Norte. Caminamos por el arcén unos metros y en la primera curva cerrada la abandonamos por una pista cementada que lleva a una quesería artesana.
Recordemos que actualmente el GR11 pasa por Burguete y no por Roncesvalles, y nosotros estamos siguiendo el trazado antiguo que transitaba por aquí, por lo que aparecen algunas marcas rojiblancas. Este tramo también formaba parte de uno de los caminos a Santiago que descienden de los Pirineos.
La pista se adentra en el bosque de hayas, abetos, fresnos y robles. El sotobosque se encuentra plagado de helechos.
Hayedo
Saltando la cerca
Poco antes de llegar a los edificios de la quesería, surge a la derecha un camino de tierra con una cancela que impide el paso de vehículos, pero no el de caminantes. Vamos a seguirlo flanqueados por la densa arboleda, en la que al poco rato nos sorprende un abetal con pies de gran altura.
Finaliza el sendero en una alambrada con cancela donde nos encontramos con el nuevo trazado del GR11, cerca de la Regata Xubinga (910 m).
Al llegar al sendero homologado, que circula por una pista de tierra, lo tomamos hacia la derecha (N). Transitamos en paralelo al arroyo, que baja crecido por las abundantes lluvias de esta primavera, cuando una fina lluvia comienza a caer y nos preparamos para lo anunciado.
Cruzamos un par de veces el curso de agua y en una bifurcación de pistas, dejamos la Fuente de la Teja (950 m) a la derecha e iniciamos el ascenso por la izquierda, atravesando el hayedo bajo una espesa niebla, que nos acompañará durante un buen trecho.
Llegamos al collado de Atalotzi (1103 m), situado en una loma herbosa y desarbolada, donde se hallan algunos cromlechs y túmulos de piedra, pero que no somos capaces de ver.
Aquí se separan dos senderos de Gran Recorrido, el GR12 que va hacia la derecha (NE) y el GR11 que continúa por la izquierda (SO). Proseguimos pues por el camino que atraviesa la suave loma, en ligero ascenso para recorrer la carena del Aldaparri y subir a la cima del Menditxuri (1213 m), desde donde podríamos haber disfrutado de una buena visión del Pirineo Navarro y Aragonés, de no ser por la climatología adversa.
Arbilleta
Durante más de 2 km circularemos pegados a una alambrada que encierra al ganado, y que en ocasiones tendremos que salvar por pasos elevados. Las vacas permanecen estoicas bajo la lluvia, mientras nos observan atravesando sus prados embarrados. Por su parte, las yeguadas se mantienen agrupadas y protegen a los potrillos recién nacidos.
Ahora descendemos a un collado, generalmente encharcado entre un grupo de hayas, para volver a ascender a la cima del Txasperro (1181 m). Continuamos por el cordal de pastizales pasando junto a un grupo de puestos de caza y descendemos ligeramente al collado de Arbilleta (1069 m).
Reanudamos la marcha bajando bruscamente por pastos hasta el Albergue de Sorogain (818 m). Nos hallamos en la cabecera del Valle de Erro, muy cerca de varios conjuntos megalíticos.
Valle del Erro

Etapa 42. Albergue de Mendilatz-Roncesvalles


Distancia: 16,9 km
Desnivel acumulado en subida: 760 m
Desnivel acumulado en bajada: 615 m


Hayedo de Txangoamendi


Mendilatz
Como vimos ayer, nos hallamos fuera del sendero GR-11, ya que éste, en su diseño actual, circula más al Sur, por Villanueva de Aezkoa. Así que, para dirigirnos a Roncesvalles desde el albergue y retomar el GR-11, tenemos varias posibilidades, aunque nosotros hemos elegido el antiguo trazado del GR-11 que, siendo la alternativa más larga, también nos parece la más interesante por atravesar la estación megalítica de Azpegi, acercarnos al pico Urkulu y seguir el tramo inicial por tierras navarras del Camino de Santiago Francés.
Por lo tanto, salimos del albergue y retrocedemos unos metros por el camino cementado que llegamos ayer. A la altura de la quesería torcemos a la izquierda (N), por otra pista cementada que sube entre las granjas.
Ovejas latxas
Ascendemos la empinada cuesta rodeados de prados cercados, en los que se agrupan las ovejas en pequeños rebaños. En esta zona se cría la oveja latxa, una raza autóctona adaptada al medio montano y lluvioso, cuyas características más llamativas son el vellón largo, la cara negra o rojiza y los cuernos bien desarrollados en ambos sexos.
Se van incorporando algunos caminos por nuestra derecha. Pasamos junto a unas granjas con grandes silos y enseguida llegamos a las casas de la antigua fábrica de armas de Orbaitzeta (830 m).
La Real Fábrica de Armas y Municiones, actualmente en ruinas, tiene su origen en unas ferrerías que se construyeron en el s. XV para explotar los yacimientos de hierro, plata y plomo del valle de Aezkoa. En el s. XVIII la corona de España adquiere la fundición y amplia considerablemente la fábrica, dedicándose a la producción de munición y ocasionalmente cañones.
Ruinas de la fábrica de armas
Durante la Guerra de la Independencia fue ocupada y destruida por las tropas francesas. Aunque fue reconstruida y transformada en fundición de hierro, dejo de funcionar en 1884, regresando la propiedad a vecinos de Aezkoa, por adquisición en subasta.
Después de la fábrica encontramos una bifurcación, a la izquierda (O) por el GRT-8 acortaremos el camino para ir a Roncesvalles y Burguete por el paso de Navala, pero, como hemos dicho, vamos a seguir recto (N) por el antiguo trazado.
La pista sigue cementada durante un trecho adentrándose en el bosque. A poco más de un km encontramos una bifurcación. Descartamos el camino de la izquierda (O) que sube por la Regata de Txangoa, y continuamos por la derecha (N) siguiendo el camino de Azpegi, que ahora es de tierra.
Azpegi
A la salida del bosque se encuentra el refugio de Azpegui, con fuente y un panel explicativo de la ruta de la estación megalítica, que nosotros seguiremos en parte.
Poco más adelante, ya en los pastizales, abandonamos este camino y giramos a la izquierda (O) pasando junto a los corrales de Etzangio (1020 m). Llegamos al collado de Soroluze (1213 m), y a la izquierda del camino podemos ver a un grupo de caballos junto a un dolmen y un cromlech, y un poco más alejados los restos de un fuerte carlista.
Caminamos por los prados bajo las cumbres calizas del pico Urkulu (1423 m). Cerca de una de sus cimas se encuentran las ruinas de una torre circular de origen romano. Probablemente se trata de una construcción conmemorativa de la incorporación al imperio de la Hispania y la Galia, en el siglo I antes de nuestra era.
Cromlech de Soroluze
Alcanzamos la frontera con Francia, en el collado de Arnoztegi (1240 m), donde también hay un túmulo megalítico. Continuamos hacia el Oeste por el lado francés, siguiendo las mugas que marcan los lindes.
Cuando llegamos al collado de Bentarte (1336 m), abandonamos la frontera francesa y nos incorporamos al Camino de Santiago Francés, que viene de Saint Jean Pied de Port.
A partir de ahora, estaremos acompañados por los numerosos caminantes que recorren el popular camino.
Atravesamos el hayedo de la umbría del pico Txangoamendi (1460 m), un tramo hermoso donde suele acumularse gran cantidad de nieve en el invierno y la primavera que dificulta su paso. Todos los años se producen rescates de peregrinos que se ven atrapados por cambios repentinos de la meteorología. Desgraciadamente también han habido accidentes mortales.
Pico Urkulu y torre romana
Muga en la frontera con Francia
En el siguiente collado se encuentra el refugio de Izandorre, con una estación de radio SOS.
Este tramo del camino es el que Napoleón utilizó para introducir sus ejércitos en la península.
Circulamos por la desarbolada ladera y después de un breve ascenso llegamos al collado de Lepoeder (1432 m), cota culminante de la etapa.
En el collado hay un cruce de caminos, y nosotros tomamos el que se dirige al Sur, marcado como GR65 y las flechas amarillas del Camino de Santiago.
Iniciamos ahora el descenso final hasta nuestro destino, Roncesvalles.
Recorremos los montes que forman la cabecera del río Urrobi, por el tupido hayedo.
Camino de Santiago
Cuando nos acercamos a Roncesvalles el sendero va girando a la derecha (O), alcanzando el núcleo histórico, monumental y religioso en la cota 947 m.
Situado a los pies del Puerto de Ibañeta, este enclave fue un importante paso de los Pirineos que se hizo famoso por la derrota de las tropas de Carlomagno en el año 778, a manos seguramente de vascones, aunque el cantar que inmortalizó la batalla y la muerte del caballero francés Roldán se lo atribuye a los musulmanes.
Posteriormente se instaló un hospital de peregrinos, y según iba aumentando su importancia en el Camino de Santiago, se fueron construyendo el silo de Carlomagno (s.XII), la Colegiata de Santa María (s.XII-XIII), con ampliaciones sucesivas, como la torre defensiva (s.XIV) y el claustro (s.XVII). Y más tarde se edificó la iglesia de Santiago o de los Peregrinos y la Casa de los Beneficiados (S.XVIII).
Refugio de Izandorre