Etapa 29. Parzán – Refugio de Pineta



Distancia: 19,9 km
Desnivel acumulado en subida: 1.140 m
Desnivel acumulado en bajada: 1.020 m


Cara norte del Macizo de las Tres Sorores y circo de Pineta.
En primer término, el poljé de la Plana Fonda.

Pico de Chinipro
Desde el mismo Hostal La Fuen (1120 m), zigzagueando por una estrecha y empinada calle, seguimos las marcas amarillas y blancas de un PR que va a Chisagüés desde Parzán.
Callejeamos brevemente por el pueblo y salimos a un camino de tierra.Vamos entre muros de piedra seca que cercan pequeños prados, rodeados de avellanos y bojes.
Las marcas nos conducen a la carretera asfaltada que comunica con la aldea de Chisagüés (1400 m), cuyo fuerte desnivel salva con largas zetas.
Al llegar a las casas de Chisagüés, entramos por su calle principal, recorriéndola completamente y continuamos por un camino rural que lleva a unas granjas. Cuando las pasamos regresamos a la carretera.
Lapiaces
Ahora el camino se torna de tierra y suaviza su perfil, haciendo más cómodo nuestro caminar.
Surcamos la ladera de la sierra de Liena, por la solana del valle que forma el río Real, rodeados de prados y frondosas (abedul, álamo temblón, cerezos), y también de pinos silvestres.
En la vertiente opuesta, la umbría favorece la extensión del bosque de pinos que se ve seccionado por los canales de desagüe que fluyen desde las estribaciones calcáreas de la sierra de Espierba.
Según avanzamos, el valle se estrecha progresivamente, mientras aparecen diseminadas algunas bordas.
Al fondo del valle vemos el Pico del Chinipro (2781 m), en cuya arista cimera observamos los estratos multicolores de calizas y pizarras, plegados y fallados.
Borda Brunet y Comodoto
Monte Perdido, Cilindro de Marboré
y glaciar del Perdido
El camino cruza el barranco de Marcobín (1600 m), dejando atrás territorio granítico y entrando en el de areniscas y limolitas rojas. Tras atravesar el barranco de Escarners, franqueamos una cancela para el ganado y llegamos a la borda Brunet (1678 m), en un hombro herboso.
Mientras la pendiente del camino se acrecienta, se alza a nuestra izquierda (S) la mole calcárea del Comodoto (2355 m).
En las laderas de la Sierra de Espierba afloran grandes masas de calizas desnudas, que han sido erosionadas por meteorización, formado en ocasiones extensos lapiaces.
Al final del valle, cuando la pista realiza un brusco giro a la derecha, la abandonamos siguiendo las marcas rojiblancas que nos desvían hacia al sur, justo en el aparcamiento de la fuente de Petramula (1925 m).
Pico Robiñera.

Quebrantahuesos
El lugar está sembrado de grandes bloques calizos desprendidos de las paredes verticales del Grau de las Coronetas, que se formaron por los efectos de una falla.
Vadeamos el barranco de Petramula, y por herbosos prados remontamos, entre bloques de caliza, el barranco de las Coronetas. En nuestro avance nos tropezamos con varias parejas de marmotas, y cerca del collado con una colonia numerosa de buitres leonados, descansando sobre la hierba.
Alcanzamos la Collada de Las Coronetas (2156 m), la cota más elevada de la etapa.
Desde este balcón tenemos una de las vistas más extraordinarias de los Pirineos. Asomándonos al valle de Pineta, nos maravilla la visión de la cara norte del macizo de las Tres Sorores.
Llanos de La Larri
De Este a Oeste, vemos la modesta Punta de las Olas (3022 m), el pico de Añisclo o Soum de Ramond (3257 m), el Monte Perdido (3348 m) y el Cilindro de Marboré (3325 m).
Bajo la cumbre del Monte Perdido se observan los restos bastante reducidos de su glaciar y, más abajo el circo y balcón de Pineta, limitado al norte por el pico de Pineta (2859 m).
A nuestras espaldas, al Norte de la Collada de Las Coronetas, se encuentra el pico de la Robiñera (3001 m) y tras él despunta el pico de La Munia (3132 m).
Después de contemplar esta impresionante orografía durante un buen rato, retornamos al camino bordeando la carena de la sierra de Espierba.
Hayas brtotando
Hayedo de La Larri
Un corto descenso por la pradera nos lleva a atravesar la Plana Fonda, una depresión endorreica de fondo llano (poljé), que se origina en terrenos calizos. Aquí encontramos un rebaño de ovejas pastando y, surcando los cielos, una pareja de quebrantahuesos.
Tras superar la Colladeta de la Plana Fonda (2103 m) bajamos a los prados de la Estiva, en los que existen algunos abrevaderos, y el ganado vacuno y ovino comparten territorio.
Otra rápida bajada nos sitúa en el bosque de la Ribereta, al principio de pinos negros y después de hayas. Al salir del bosque nos encontramos en los Llanos de La Larri.
Éste es un valle colgado formado por un glaciar tributario del de Pineta. El glaciar de La Larri, originario del circo de La Munia, fue taponado por la morrena lateral del glaciar de Pineta, creando un lago cuando los hielos se fueron retirando, hace unos 35.000 años. El lago se colmató hace unos 11.000 años y posteriormente el río La Larri excavó los sedimentos lacustres dejando el paisaje que hoy observamos.
Fuente de la Virgen de Pineta
En el valle de La Larri también se da un fenómeno geológico poco habitual conocido como “ventana tectónica”. La erosión glaciar ha dejado al descubierto el cabalgamiento de Gavarnie, una estructura tectónica en la que materiales antiguos (en este caso del Paleozoico) se encuentran por encima de otros depósitos más modernos, areniscas rojas del Permo-Trias y Calizas del Estrecho.
El sendero GR-11 llega al refugio de pastores de La Larri (1580 m), con capacidad para unas 8 personas, con agua y leña cercanos.
Después continúa por una pista de tierra durante unos metros pero enseguida la corta, evitando las cerradas curvas, y la desecha para introducirse en el bosque en dirección sureste. Por la pista tendríamos la oportunidad de ver los saltos de agua que el río de La Larri forma al precipitarse encajado por la estrecha garganta.
Lecho de río Cinca.
Al fondo el Balcón de Pineta
Pero el sendero se dirige directo a la ermita de la Virgen Blanca y su fuente, atravesando un frondoso hayedo en el que se apiñan también bojes, acebos, avellanos y helechos.
A llegar a la fuente (1280 m), dejamos a un lado el Parador Nacional, y continuamos unos minutos hacia el Este por la carretera del parador hasta el aparcamiento del valle de Pineta.
Aquí perdemos las marcas del GR11, que suponemos circula por el lecho del río Cinca. Nosotros continuamos un trecho por la carretera asfaltada hasta el siguiente puente, donde nos decidimos a bajar al cauce seco del río. Si hay caudal, es preferible seguir por la carretera hasta el refugio.

Después de caminar algo más de 1 km por el lecho pedregoso, llegamos al refugio de Pineta (1250 m), rodeado de pinos silvestres y bojes.

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