Etapa 34. Refugio de Respomuso – Sallent de Gállego


Distancia: 11,1 km
Desnivel acumulado en subida: 50 m
Desnivel acumulado en bajada: 915 m

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Macizo de Balaitús y refugio de Respomuso

Ibón y refugio de Respomuso
El refugio de Respomuso se encuentra a los pies del macizo de Balaitús. Este orónimo tiene su origen en "batch laïtouse" que en la lengua gascona significa valle de la leche. Se trata de una mole granítica, en concreto granodioritas, a excepción de una zona calcárea del Cretácico en la cumbre, y algunos derrubios de ladera diseminados.
El cordal que pasa por el pico Balaitús (3146 m) también marca la frontera entre Francia y España. Nos encontramos ante el grupo de tresmiles más occidentales de los Pirineos. Además del pico Balaitús -también cartografiado cómo Pico Moros- tenemos los picos de la Frondella (3071 m) y algunas de las cimas consideradas más difíciles de escalar de toda la cordillera, cómo la Torre Costerillou (3049 m) y la Aguja Ussel (3022 m).
Río Aguas Limpias
Salto de Pipós
Salimos del refugio (2145 m) hacia el oeste, atravesando los torrentes y canchales que se precipitan sobre el gran embalse del Ibón de Respomuso. Poco antes de llegar a la presa dejamos a un lado la ermita de las Virgen de las Nieves (2130 m).
Aquí, la senda comienza a descender rápidamente confundiéndose con las torrenteras que se precipitan sobre el valle.
Ahora transitamos paralelamente al río Aguas Limpias, que seguimos por su margen derecho (N).
Nos mantenemos en territorio granítico y, según descendemos, la vegetación se enriquece y diversifica. Además de los pinos negros, encontramos serbales de los cazadores, álamos temblones, fresnos y las primeras hayas, con los frutos (hayucos) en pleno desarrollo.
Después de unos toboganes sobres losas de granito, las aguas del río se precipitan por el Salto de Pipós, una cascada que salva el desnivel que le separa del Plano Cheto (1700 m).
En este pequeño ensanchamiento del valle, el curso de río vira hacia el sur y atraviesa estratos calizos con alternancias de pizarras, areniscas y cuarcitas.
Hayucos, frutos del haya.
Paso de l'Onso
Salvamos la angostura del Paso de l'Onso, excavada por el río en calizas grises, y nos introducimos en la zonas selváticas de Soba y Laña, donde se imponen las hayas.
Al cobijo del umbroso hayedo, tenemos que vadear algunos torrentes que bajan por derecha (O) como el del Garmo Negro (1600 m) y el de Balsaroleta (1550 m).
El valle se va abriendo y encontramos las primeras praderas y cercados para el ganado, y poco después la zona recreativa de Las Tornadizas.
Llegamos a la cola del embalse de la Sarra (1450 m). Al otro lado del puente que salva el río Aguas Limpias se encuentra la Fuente de los Tres Caños, un merendero y el aparcamiento del área recreativa. Desechamos este vial y nos mantenemos por la margen derecha (O) del embalse atravesando una zona frondosa de pinos, bojes y avellanos hasta la presa.
Caminamos unos metros por la carretera asfaltada que da acceso a ella.  En la primera curva la abandonamos, siguiendo las marcas, por una senda tradicional que desciende para enlazar con una pista que nos lleva en pocos minutos a Sallent de Gállego (1345 m). Punto final del recorrido de este año.
Hayedo



Etapa 33. Refugio de Bachimaña – Refugio de Respomuso




Distancia: 9,6 km
Desnivel acumulado en subida: 685 m
Desnivel acumulado en bajada: 745 m

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Ibón Azul Inferior.
Al fondo, picos de los Infiernos (D) y pico Arnales (I)
Ibón Bachimaña Bajo y refugio de Bachimaña
Esta etapa es relativamente corta, porque existe la posibilidad de ascender a alguno de los picos del Infierno, aunque esto depende de las preferencias y preparación de cada uno. En cualquier caso, también viene bien relajar alguna etapa, y más cuando llevamos acumulados varios días exigentes.
Cuando dejamos el refugio de Bachimaña, nos dirigimos hacia el norte y cruzamos la pequeña presa que embalsa el Ibón de Bachimaña Bajo (2190 m).
El sendero se eleva progresivamente sobre el roquedal granítico, mientras rodea por el norte el mencionado ibón, y después por el oeste el embalse del Bachimaña Alto.
Serbal junto al ibón de Bachimaña
Dejamos atrás los últimos pinos negros y algún serbal solitario, y sólo la hierba, con sus tonos dorados otoñales, mantiene el manto vegetal.
Vamos girando al oeste y alejándonos de este gran ibón, cuando tenemos que vadear el arroyo de los Azules (2220 m) por un lugar donde se remansa, justo antes de desembocar en el Bachimaña Alto.
Ya en la otra orilla encontramos una bifurcación. Si seguimos recto (N) pasaremos a Francia por el Puerto de Marcadau, por lo que nosotros tomamos el camino de la izquierda (O) y seguimos las marcas del GR-11.
Ascendemos por la margen izquierda del torrente que se precipita por la cascada de los Azules.
Ibón de Bachimaña Alto
Torrente y cascada de los Azules
Permanecemos en los dominios del afloramiento de granodioritas de Panticosa. Ésta es una roca ígnea plutónica muy similar al granito, pero con menor contenido en su composición de sílice y mayor de calcio y magnesio. 
En la cota 2360 m alcanzamos el Ibón Azul Bajo o Inferior, con un pequeña presa artificial, en cuyas calmadas aguas azules se reflejan los Picos del Infierno y el pico Arnales (2996 m).
Orillamos el lago por la derecha (N) y poco después llegamos al Ibón Azul Alto o del Infierno (2410 m).
Algunas plantas perennes, próximas al agua, mantienen su floración estival a pesar de haber comenzado el otoño, como el Acónito común, cuyas flores tienen un vivo color violeta.
Desde aquí vemos al oeste el pico de Piedrafita (2952 m) y el de las Marmoleras (2908 m), y más al sur los picos del Infierno (3081 m), bajo los cuales aún permanecen los hielos perpetuos de su menguado glaciar.
Continuamos ascendiendo, dejando atrás los escasos prados, y nos adentramos en el extenso canchal formado por los derrubios de ladera de las Marmoleras, al norte, y por la morrena del glaciar de los Infierno, al sur.
Acónito común
Regresamos al territorio de las calizas, aunque caminamos sobre extensos depósitos de ladera, cuyos bloques y tarteras dificultan nuestro paso. En este tramo es fácil encontrarse con neveros, hasta bien entrado el verano. 
Por fin culminamos el Cuello del Infierno (2721 m), en el que se encuentra un vivac de piedra para protegerse del viento. Este collado une los picos de las Marmoleras (N) de 2908 m de altitud, con el Garmo Blanco (S) con 2982 msnm.
Al oeste, bajo nuestros pies, está el circular Ibón de Tebarray (2682 m), y al noroeste el Pico de Tebarrai (2893 m).

Ibón del Infierno y picode las Marmoleras
Picos y glaciar del infierno
Desde este lugar se puede ascender a los picos del Infierno por una senda, bastante definida al principio, que se encamina hacia el sur. Siguiendo los hitos remontamos la ladera descompuesta y una cresta del pico Garmo Blanco que rodeamos por la derecha (O). Tras rebasarla haciendo uso de las manos, el sendero desaparece y aquí (2900 m) decidimos regresar sin hacer cumbre, puesto que no vemos claro cómo seguir.
Según algunas guías, para continuar hay que buscar un espolón accesible que permite llegar al pico del Infierno Occidental (3075 m). Este pico inicia una cresta hacia el sur que rodea el circo de Pondiellos, en cuya cubeta se han formado los ibones del mismo nombre. 
Ibón y pico Tebarrai
Entre las cumbres del cresterío se encuentran los tres picos del Infierno, la Punta de Pondiellos (2911 m) y el Garmo Negro (3064 m).
Continuando por la estrecha cresta de mármol hacia el Este se accede al pico del Infierno Central (3081 m) el más elevado de los tres. Se regresa por el mismo camino.
Otra vez en el collado del Infierno, el sendero GR-11 continúa hacia el norte cortando la inclinada ladera occidental del pico de las Marmoleras, sobre un terreno pizarroso y suelto. Tras trepar un poco superamos el Cuello de Piedrafita (2771 m), al Este del pico Tebarrai (2886 m).
Macizo de Balaitus desde arista del Garmo Blanco
El descenso por la cara norte es complicado al principio por la verticalidad y el terreno descompuesto de la canal. Si queda nieve y hielo es imprescindible el uso de crampones y piolet. Una vez salimos de la canal se suaviza poco a poco la pendiente, aunque seguimos caminando sobre canchales calizos.
Cuando llegamos al ibón de Llena Cantal (2435 m) disfrutamos de una espectacular visión del macizo de Balaitus (3146 m). A nuestra derecha (E) se encuentra la piramidal cumbre de Llena Cantal (2941 m). Bordeamos el ibón por la izquierda (O) y descendemos el siguiente escalón entre prados y torrenteras. 
Poco antes de llegar a la cola del embalse de Respomuso, hay un desvío a la izquierda (O) que se encamina a la presa y de allí a Sallent, sin pasar por el refugio de Respomuso. Lo desechamos y proseguimos hacia el norte para vadear el río de Aguas Limpias (2110 m) que alimenta el embalse.
Ibón de Llena Cantal y macizo de Balaitus
Lo cruzamos, puede que mojándonos los pies, y superamos una pequeña colina granítica donde crecen los primeros pinos que hemos visto en toda la etapa.
Vamos rodeando el embalse por el Este, pasando cerca al antiguo y abandonado refugio Alfonso XIII. Finalmente, después de un rodeo, alcanzamos el refugio de Respomuso (2145 m), a los pies del macizo de Balaitus.
Desde el refugio de Respomuso, de derecha a izquierda:
Picos de Tebarrai, Marmoleras, Piedrafita, Llena Cantal y Campo Plano



Etapa 32. San Nicolás de Bujaruelo – Refugio de Bachimaña



Distancia: 20,6 km
Desnivel acumulado en subida: 1.440 m
Desnivel acumulado en bajada: 606 m

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Ibones de Batanes y macizo de Vignemale

Valle de Bujaruelo
San Nicolás de Bujaruelo (1340 m) fue un lugar habitado al menos desde la Edad Media hasta el siglo XVIII. En el s. XII, la Orden de los Hospitalarios construyó el Hospital de San Nicolás, para acoger a los peregrinos que procedían de Francia, sobre todo por el Puerto de Bujaruelo. La iglesia, actualmente en ruinas, y el puente sobre el río Ara son de estilo románico y originarios del s. XIII.
En la historia más reciente fue un paso de contrabandistas, por lo que se edificó un cuartel de carabineros. Hoy es una zona de acampada y esparcimiento con un restaurante-camping-refugio, al que se accede desde Torla por una pista en buen estado.
La ruta que vamos hacer no sigue completamente el sendero GR11, puesto que no pasamos por los Baños de Panticosa, sino que nos dirigimos directamente al refugio de los Ibones de Bachimaña tomando un atajo, tal como describiré más adelante.
Cascada río Otal
Así que, abandonamos el cómodo refugio de Bujaruelo, retrocediendo unos metros por el camino que llegamos el día anterior. Poco después de cruzar el puente medieval, seguimos las marcas rojiblancas del GR11 que nos conducen por la orilla izquierda del río Ara. Pronto atravesamos el barranco de Sandaruelo y continuamos por la ribera del Ara hacia el oeste.
El fondo llano del valle se ensancha y el río circula mansamente. Atravesamos una pradera moteada de abundantes matas de boj junto con serbales de los cazadores, tejos y abetos.
Llegamos a una pista, cuando vemos en la vertiente opuesta (SO) cómo se precipita el río Otal por una larga cascada que corta el bosque mixto.
Garganta del río Ara
Este río se origina en el valle colgado de Otal, de origen glaciar, que tiene una historia geomorfológica similar al de La Larri en Pineta. La morrena lateral del glaciar del Ara, cerró la salida de su afluente el Otal, dejándolo suspendido sobre el valle principal, que fue sobreexcavado por la acción del hielo.
En la vertiente sur del valle de Otal se encuentra la Sierra de Tendereña y la Peña Otal o Arañonera, de calizas terciarias cuyos estratos están muy verticales, lo que ha favorecido una profunda karstificación. En consecuencia, se ha formado un sistema subterráneo de una extensión y profundidad considerables, teniendo en cuenta que se conocen más de 43 km de recorrido y un desnivel de 1.349 metros. Estos datos sitúan al sistema kárstico de Arañonera en el 6º más profundo de la península y el 21º más grande del mundo. Por él circulan ríos subterráneos que tienen su salida en la surgencia de Santa Ana, cerca del río Ara.
Entramos en una parte del valle de Bujaruelo en el que el río Ara se ha encajado entre calizas negras tableadas, un depósito que aflora en repetidas ocasiones alternándose con las pizarras negras. En este tramo nos introducimos en un frondoso hayedo, en el que no faltan ejemplares de mostajos, arces, fresnos o serbales, mientras el camino gira hacia el norte.
Fabar de Ordiso
Cuando llevamos aproximadamente un km y medio de pista, surge a la izquierda un sendero que en un par de minutos nos conduce a un puente colgante sobre el río Ara, lo que nos permitirá observar la garganta que el río ha excavado, con sus saltos y pozas de aguas cristalinas. Echamos un vistazo y regresamos a la pista y al GR.
La pista de tierra finaliza junto a la Cabaña del Vado (1590 m), cerca del puente que cruza el río Ara para subir al Valle de Ordiso, que se encuentra al oeste. Aquí nos corta el paso un guarda forestal, porque se está preparando una batida de caza. Por suerte, los cazadores van a Ordiso y nosotros a Batanes, por lo que nos dejan pasar después del intercambio de información.
En la vertiente de umbría del valle de Ordiso se halla el Fabar de Ordiso un extenso hayedo (fabar=hayedo en aragonés) surcado por varios torrentes.
Valle alto del Ara
La senda continúa hacia el norte rodeada de bojes, subiendo un escalón que nos sitúa en una zona amplia y herbosa, donde el barranco Cardal confluye con el Ara.
Nos mantenemos en la orilla izquierda del río, que vuelve a encajarse entre las calizas negras. Después de atravesar un breve bosquecillo, nos encontramos con los vastos pastizales del valle alto de Bujaruelo, que se extienden sobre calizas grises y pizarras, a los pies de la vertiente sur del macizo de Vignemale (3299 m). A nuestro alrededor las vacas pacen a sus anchas.
Alcanzamos el refugio Labaza (1800m), junto al desagüe de este barranco en el río Ara. Sus aguas proceden del deshielo de los neveros del circo formado entre el Pico Central (3227 m) y Pico del Medio (3128 m), que están sobre nuestras cabezas.
Cascada del barranco de Batanes
En la cota 2000 m, el GR11 tuerce a la izquierda (O), abandonando el camino tradicional de Cauterets que hemos estado recorriendo, y cruza el río Ara. Subimos por el barranco de los Batanes, pasando junto a la cascada que éste forma al despeñarse sobre el Ara.
Dejamos los prados para introducirnos en el mundo de los canchales, derrubios de las laderas graníticas del valle. Entramos en el afloramiento de granodioritas de Panticosa, que vamos a atravesar hasta los Ibones Azules, en la próxima etapa.
Vamos ahora ascendiendo los umbrales rocosos, rodeando por la derecha (N) los tres ibones de Batanes (2360-2420m), por tarteras y caos de bloques. Cómo en muchos valles elevados del Pirineo, las marmotas se han adueñado de este aislado rincón.
Marmota en Batanes
Finalmente coronamos el Puerto Viejo de Brazato (2566 m), la cota más alta de la etapa. Frente a nosotros, al noroeste, se alzan las cumbres del macizo de Argualas, Picos del Infierno y Balaitus, donde se concentran 18 tresmiles, los más occidentales de los Pirineos. Y a nuestras espaldas (E) el macizo fronterizo de Vignemale (3299 m), con 16 cumbres por encima de los 3000 m, y que posee el segundo glaciar en extensión del Pirineo, el Glacier d'Ossoue.
Ahora comenzamos a descender, por terreno muy descompuesto, rodeando por el sur la cubeta que aloja los Ibones Altos de Brazato y llegamos a la presa del Embalse de Brazato (2394 m). Aquí la senda gira al norte y, tras atravesar unos canchales, se cruza con una tubería que procede de la presa de Brazato.
Ibones de Brazato y macizo de Argüalas e Infiernos
En este punto (2200 m), bajo los Picos del Serrato (2509 m), el sendero GR-11 continua descendiendo por interminables zigzag hasta los Baños de Panticosa (1640 m), que vemos en el fondo del valle junto al su lago, y desde allí sube hasta el refugio de los Ibones de Bachimaña (2190 m). Pero nosotros vamos a ahorrarnos esta bajada y subida, tomando un camino poco transitado y sin marcas que nos lleva directamente al refugio, siguiendo en parte la mencionada conducción que tenemos a nuestros pies.
Así que, abandonamos el GR y nos desviamos hacia el norte manteniendo la cota. En ocasiones hay que caminar sobre el conducto, pero la mayoría del tiempo en paralelo a él. El tramo, de poco más de 1 km, es incómodo ya que no se trata de un sendero al uso, y a veces es bastante aéreo, al estar picado sobre paredes verticales. Con condiciones climáticas adversas (nieve, tormenta, viento, ...) hay que tener mucha precaución.
Cascada y pico de Lavaza
Refugio de los Ibones de Bachimaña
Trasponemos un par de túneles, por lo que es necesario usar la frontal. Después de éstos, al llegar a una construcción se desecha la canalización, que se precipita hasta los Baños de Panticosa, y ascendemos brevemente, guiados por unos hitos, para continuar por un sendero que comienza a descender. Tras unos 700 m giramos a la derecha (E), y ya divisamos el refugio de Bachimaña sobre un umbral granítico.
Vadeamos el barranco de Lavaza (2160 m), sobre una cascada. 
Proseguimos hacia el norte, siguiendo el reguero de hitos y caminando sobre el roquedo granítico. De nuevo hay que tener precaución ya que cortamos una pendiente rocosa bastante pronunciada y el camino tiene su riesgo si está mojado o helado. En unos minutos llegamos al magnífico refugio de Bachimaña (2190 m).

Etapa 31. Refugio de Góriz – San Nicolás de Bujaruelo



Distancia: 15,7 km
Desnivel acumulado en subida: 775 m
Desnivel acumulado en bajada: 1.660 m


Brecha de Roland desde la Gruta Helada de Casteret.

Por la Faja Luenga
La ruta que vamos a seguir hoy no forma parte del sendero GR-11. El camino homologado circula por el valle de Ordesa hasta el Puente de los Navarros y después remonta el curso del río Ara hasta San Nicolás de Bujaruelo, recorriendo poco más de 23 km.
Aunque el valle de Ordesa es un paraje bellísimo, que siempre es atractivo visitar, nosotros, en lugar de descender al valle, hemos elegido mantenernos en la alta montaña y trasponer la Brecha de Roland para llegar a Bujaruelo.
Este camino es más corto en cuanto a la distancia, pero más duro por su perfil montañero, algunos pasos comprometidos y el severo descenso desde la Brecha hasta San Nicolás de Bujaruelo, por lo que acaba siendo igual o más costoso en tiempo.
Faja Luenga
Llanos de Millaris
El día ha amanecido muy gris y lloviendo, por lo que nos mantenemos expectantes a la puerta del refugio hasta que amaina, retrasando la salida unos minutos.
Desde el refugio de Góriz (2195 m), en el corazón del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, tomamos una senda, sin las marcas rojiblancas del GR, que se encamina por el circo de Góriz hacia el noroeste.
Primero cruza el barranco de Góriz y después asciende unas gradas, con un corta trepada en busca de la Faja Luenga (2347 m). 
Por la faja recorremos un relieve kárstico. La parte central es una hondonada de fondo plano cubierta por sedimentos que son atravesados por cortos cursos de agua meandrizantes. Allí donde aflora la roca calcárea, se han esculpido vastos lapiaces entre los que se encuentran sumideros, por los que el agua de escorrentía se filtra. Estas aguas de infiltración acaban reapareciendo en la Fuente Garzés (2000 m) que alimenta la cascada de la Cola del Caballo de Ordesa.
Caos de bloques camino de la Brecha
Paso de los Sarrios
Cerca de nosotros hay un grupo de sarrios que pacen tranquilos frente un aprisco de piedra seca.
Al finalizar la faja llegamos a la Planeta y Collado de Millaris (2454 m), al norte del pico Millaris (2619 m) y de la pirámide de areniscas rojizas de Punta Tobacor (2779 m). Aquí existen abundantes fósiles de esponjas marinas que vivieron en un mar profundo hace más de 50 millones de años. Debemos respetarlos y dejarlos donde están.
Desde la Planeta de Millaris hacia el Oeste se extienden una serie de depresiones de fondo plano separadas por suaves collados. Su origen se debe a la erosión glaciar y la disolución kárstica, y han sido rellenadas parcialmente por sedimentos de arroyada.
Continuamos rodeando una de estas cubetas por el norte, ascendiendo ligeramente, mientras cortamos algunos canales de desagüe por terreno pizarroso.
Cuando superamos el Cuello del Descargador (2530m), entre el Pico Anónimo (2769 m) al norte y el redondeado Pico del Descargador (2624 m) al sur, giramos a la derecha (N) y remontamos, por terreno descompuesto, un resalte rocoso bajo el Morrón de la Espluca, (espluca=cueva en aragonés).
Llegando a la Brecha de Roland
Ciñéndonos a los escarpes del Morrón llegamos a la enorme boca de la Espluca Negra (2650 m), más conocida como Gruta Helada de Casteret.
Fue explorada por el espeleólogo francés Norbert Casteret en 1926. La cueva tiene un recorrido cercano a los 500 m de galerías distribuido en dos niveles. En su parte más interna, se encuentra un lago helado y formaciones espeleológicas (columnas, coladas, estalactitas, cascadas,..) de hielo. Hace unos años se valló la entrada para proteger este patrimonio natural. Permitamos pues que se mantenga intacto.
En los alrededores existen otras simas sin hielo, como la Sima de la Brecha, cuya exploración ha proporcionado un recorrido próximo a los 2 km y una profundidad de 400 m.
Descenso por la vertiente francesa de la Brecha.
Morrena lateral y refugio de Sarradets
Seguimos hacia el norte, siguiendo la hilera de hitos, y ascendemos trabajosamente por un extenso caos de bloques, dejando a la derecha otro más vertical que sube al collado de los Sarrios y al Casco.
Nos encaminamos a la escarpadura que corta la Brecha y tras el penoso pedregal llegamos a la base de sus paredes. Pegados a ellas, y con una larga tartera a nuestros pies, superamos el Paso de los Sarrios, un pasamanos con cadenas que ayuda a atravesar este tramo casi vertical.
Poco después accedemos a la Brecha de Rolando (2805 m), la cota cimera de la etapa. Este impresionante paso natural entre las dos vertientes del Pirineo, ha sido utilizado tradicionalmente por pastores y contrabandistas. Es una profunda entalladura de cerca de 40 m de ancho y 100 m de alto, que corta un escarpe calizo. Este estrato calcáreo es muy resistente a la erosión, de ahí que se extienda visiblemente por todo el macizo, pero aquí una zona fracturada acabó derrumbándose formando este espectacular tajo, aunque la leyenda popular, transmitida por el poema épico francés de El Cantar de Roldán, se lo atribuya a un golpe de Durandal, la espada de Roldán.
Circo de Gavarnie
Pico Taillón y su glaciar
Siguiendo el cordal tenemos, al oeste los picos de El Dedo (2976 m), el Taillón (3144 m) y los Gabieto Norte y Sur (3035m). Al Este se encuentra el cordal que forma el gran circo de Gavarnie, comenzando por El Casco (3011m) y terminando en el pico Astazu (3013 m), presididos por el pico Marboré (3251 m).
El descenso a la vertiente francesa hay que tomarlo con precaución, ya que atraviesa el pequeño glaciar de la Brecha. En Octubre de 2016, prácticamente no encontramos nieve y bajamos por terreno descompuesto, roca desnuda y una morrena lateral.
Entramos al circo de Gavarnie por su extremo occidental. Llegamos al refugio de Sarradets (2570 m) y vale la pena que dediquemos un momento a observar la majestuosidad del circo de Gavarnie, con sus tres pisos, sus grandes plegamientos y la célebre cascada de 440 m de caída.
Campanillas
Desde el refugio, que están ampliando con un nuevo edificio, tomamos la senda que asciende al Coll de Sarradets (2587 m). Tras rebasarlo, serpenteamos por la rocosa pendiente y vadeamos con cuidado, siguiendo los hitos, la cascada que forma el desagüe del glaciar del Taillón.
Después la senda se convierte en un paseo por la vertiente norte del Taillón y el Gabieto Norte, hasta llegar al Puerto de Bujaruelo (2272 m).
Este paso fronterizo ha sido frecuentado desde antiguo por los habitantes de los valles de Baregès (N) y Broto (S). En este lugar se halla otra de las mugas históricas señalada como “Piedra de San Martín” en la que representantes de los dos valles renovaban cada año sus tratados de paz y pastos.
Valle de Otal y Sierra Tendereña
Puerto de Bujaruelo
Descendemos al valle del río Ara por la ladera herbosa, dejando al sur los taludes de grava que se desprenden de las vertientes de los Gabieto.
Cuando se incorporara por la derecha (N) el barranco de Lapazosa, atravesamos la zona de pastos de la Plana Lacoma, donde hay un refugio de una compañía eléctrica (1970 m). Seguimos atravesando graveras y prados, mientras algunas marmotas corretean sin que nuestra presencia parezca inquietarles. Frente a nosotros (O) vemos el valle de Otal y la Sierra Tendereña (2845 m).
Un brusco descenso por frecuentes zigzag nos introduce en el bosque de abetos y tejos hasta alcanzar el lecho del río Ara, que cruzaremos por el puente románico para llegar a San Nicolás de Bujaruelo (1340 m). (Bujaruelo=bucho en aragonés=boj en castellano).
Nos alojaremos en el confortable refugio de Bujaruelo, cuya cocina nos sorprende gratamente.
Río Ara y puente románico de Bujaruelo


Etapa 30. Refugio de Pineta – Refugio de Góriz



Distancia: 13,3 km
Desnivel acumulado en subida: 1.830 m
Desnivel acumulado en bajada: 965 m


Ribera del Cinca. Valle de Pineta


Barranco de la Solana
El valle de Pineta es un modélico ejemplo de valle en forma de “U”, con paredes escarpadas y fondo plano, excavado por la acción del hielo. Hace unos 65.000 años, durante el último ciclo glaciar, se produjo la máxima expansión del hielo en esta zona del Pirineo.
El glaciar de Pineta bajaba desde el Monte Perdido, y a él se le unía el glaciar de La Larri, alcanzando un espesor de 400 m de hielo. Posteriormente, a la altura de Bielsa se juntaba con el glaciar de Barrosa, prolongándose hasta un total de 25 km.
En el comienzo de la etapa de hoy tenemos que vadear el pedregoso lecho del río Cinca. Frente al refugio de Pineta (1250 m), seguimos un reguero de grandes hitos de cantos rodados hacia el sur, atravesando el trenzado curso del río, camino de su orilla derecha. Este otoño el cauce está completamente seco, pero es de suponer que en primavera y parte del verano, por el río fluirán las aguas del deshielo.
Ascendiendo por el hayedo de la Solana
Fósiles de ostreidos
Salimos del lecho y entramos en el bosquecillo de ribera que envuelve un prado donde se ha instalado la niebla matutina.
Al llegar a un canal de desagüe (1260 m), giramos al oeste para subir la ladera en diagonal. Unos carteles nos anuncian que entramos en el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido.
Iniciamos la dura ascensión de la vertiente umbrosa del valle, adentrándonos en el tupido bosque de hayas, boj, arces, pinos, abedules, serbales,...
En la cota 1500 m cruzamos el canal de desagüe del barranco de la Solana, hoy con escaso caudal.
Sendero sobre el Valle de Pineta.
Culminando el collado de Añisclo
Continuamos nuestro ascenso hacia el Oeste y, poco a poco, la arboleda comienza a clarear.
Después de atravesar la cuenca de recepción del barranco Fayetas, alcanzamos el desvío de la Faja de Tormosa (1900 m) y la Cascada del Cinca. Nos hallamos en una pradera inclinada, con algunos pinos negros, enebros rastreros y rododendros, donde se ha construido una diminuta fuente a ras del suelo, y pegada al camino.
Al poco rato, dejamos la faja y proseguimos la senda hacia el sur, cuyo perfil se empina aún más con cortos y continuos zigzag. A partir de aquí nos abandona progresivamente la arboleda y las praderas, y caminamos sobre la roca desnuda y las graveras de caliza arenosa y areniscas de Marboré.
Valle de La Larri desde el collado de Añisclo
En la caliza afloran fósiles de conchas marinas de diferentes especies (ostreidos).
Tras penosas rampas coronamos el amplio Collado de Añisclo (2453 m), donde confluyen la arista oriental de la Punta de las Olas (3022 m) y la arista septentrional del Pico Inferior de Añisclo (2802 m).
Éste es un excelente mirador sobre los valles de Pineta (N) y Añisclo (S). Al norte, observamos el valle colgado de La Larri, por donde descendimos ayer, y las coladas de derrubios que tapizan la ladera norte del valle de Pineta, desprendidos por gelifracción de las calizas que coronan la sierra de Espierba.
Al sur vemos cómo la parte alta del valle de Añisclo tiene forma de U, característica del valle glaciar, y cómo después se va encajando aguas abajo formando un cañón fluvial. También se pueden contemplar en los escarpes del valle los exagerados pliegues de los estratos, como los cabalgamientos de la Punta de las Olas, cuyas onduladas formas dan nombre al paraje.
Valle de Añisclo desde su collado.
Faja de las Olas
Aquí, en el collado de Añisclo, tenemos dos opciones para continuar, ambas siguiendo un ramal del GR11. La más costosa es descender a la Palanca de la Fuen Blanca y después remontar al collado de Góriz. La otra es más directa, ya que recorre la elevada Faja de las Olas, pero también tiene cierto riesgo, en caso de mal tiempo o la existencia de neveros, pues hay algunos pasos bastante aéreos.
Si se opta por esta variante, desde el collado hay que encaminarse hacia el noroeste, rodeando la Punta del Valle (2501 m), hasta la Collata de las Olas (2456 m). Desde aquí, no sin esfuerzo, se remonta un tramo de la arista oriental de la Punta de las Olas. En la cota 2550, se gira al sur para entrar en la Faja de las Olas (2605 m).
Bajo el Pico Inferior de Añisclo
Cascada y marmitas en el río Bellos.
La vertiginosa faja es un estrato de dolomías, calizas y margas con un perfil inclinado y algunos pasos comprometidos, que unos pasamanos metálicos nos ayudarán a salvar.
A continuación, el GR11 rodea la arista meridional de la Punta de las Olas oscilando entre los 2600 y 2700 msnm. En el extremo sur, cuando el sendero vira hacia el oeste, hay un par de trochas a la derecha (2670 m) que trepan por la ladera hasta la cima de la Punta de las Olas (3022 m).
Bajo el camino está el impresionante surco del cañón de Añisclo, que el río Bellos ha excavado.
Cuando abandona la faja, el sendero desciende por los Mallos de Lacay, cruza el barranco de los Churros (2490 m), y poco después llega al ancho Collado de Góriz o de Arrablo (2343 m), entre la Punta Custodia (2504 m) al sur y el Morrón de Arrablo (2792 m) al norte. En este punto se enlaza con la variante de la Fuen Blanca.
Río Bellos en la Palanca de
la Fuen Blanca
Aunque nosotros íbamos dispuestos a tomar esta segunda opción, cuando llegamos al collado, unas nubes negras amenazando tormenta se habían instalado sobre la Faja de las Olas ocultándola, por lo que nos decidimos por la primera, más trabajosa, pero también más segura.
Así pues, bajamos del collado de Añisclo siguiendo el curso del río Bellos desde su origen. El sendero primero se dirige hacia el oeste para salvar un escalón rocoso, y después gira hacia el sur para acompañar al torrente, al principio seco, por su orilla izquierda. Transitamos por prados y graveras.
El río ha ido cortando los estratos de Areniscas de Marboré, cuya disposición en forma de gradas ha creado una sucesión de cascadas, marmitas de gigante y toboganes.
En la cota 1660 m, en una pradera con algunos mostajos aislados, torcemos a la derecha (O) y cruzamos la Palanca de la Fuenblanca, en un precioso tramo del río en el que paramos a descansar, antes de comenzar la ascensión al collado de Góriz.
Retomamos el camino, alejándonos del río para subir hacia el Norte. Atravesamos un caos de grandes bloques en el que se ha improvisado un vivac bajo una gran roca, muy cerca de un refugio de pastores en mal estado.
Cascada de la Fuen Blanca
Nos vamos aproximando a la gran cascada de la Fuen Blanca (1770 m), aunque no llegaremos a ella. Se trata de una surgencia kárstica por donde mana el agua que recorre el sistema kárstico subterráneo de la Punta de las Olas. Su entrada más elevada se encuentra cerca del pico, siendo por ello el sistema más alto de Europa.
Del conjunto de simas, se han explorado 5 km de su laberíntico recorrido y 451 m de profundidad, aunque el agua que surge en la Fuen Blanca está a 1100 m por debajo de la sima de entrada.
Después la senda se dirige hacia el Oeste por la ladera del Barranco Arrablo, traspone varios canchales y vadea el torrente, hoy seco, a 1900 msnm.
Tras superar una pared rocosa, en la que hay que ayudarse con las manos en algún momento, la pendiente comienza a suavizarse, sobre todo a partir de los 2200 m de altitud. Finalmente alcanzamos al Collado de Góriz o de Arrablo a 2343 msnm , donde se encuentra con la otra rama del GR11.
En el suave descenso por graveras, roca caliza y pequeños prados que nos llevará al popular refugio de Góriz (2195 m), hemos tomado un "atajo" saliéndonos del GR, para evitar perder altura.
Plegamientos en el valle de Añisclo
Circo de Góriz
Ahora estamos en el circo de Góriz, cabecera del valle de Ordesa, a los pies del macizo de las Tres Sorores: el Cilindro de Marboré (3325 m), el Monte Perdido (3348 m) y el pico de Añisclo (3257 m).
Este macizo calcáreo tiene gran valor geológico, ya que aquí se explican muchos de los fenómenos que originaron la cordillera pirenaica. Se halla en el corazón del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido en España y el Parc National des Pyrénées 
en Francia. En él se encuentran más de una veintena de tresmiles, con glaciares aún activos como el del Perdido, circos impresionantes como el de Pineta o Gavarnie y profundos valles como el de Ordesa, Añisclo y Pineta en su vertiente sur.

A finales de septiembre de 2016, el refugio de Góriz continúa con sus eternas obras de reforma y ampliación, generando las consecuentes molestias a sus sufridos usuarios, esperemos que finalicen algún día.
Valle de Ordesa